Los fabricantes de alimentos compuestos aseguran que la crisis económica y ganadera no ha supuesto un freno a las inversiones dirigidas a la investigación.
Reducir la dependencia del exterior y evitar
los problemas derivados de las fluctuaciones de los precios de las
materias primas son dos de los principales factores que han impulsado
la investigación sobre nuevos ingredientes en el sector de la
alimentación animal.
Los fabricantes de alimentos compuestos
aseguran que la crisis económica y ganadera no ha supuesto un freno a
las inversiones dirigidas a la investigación y que, de hecho, el
objetivo de reducir los costes de producción parar mejorar la
rentabilidad de las explotaciones ganaderas ha abierto el escenario de
materias primas dedicadas a la alimentación de los animales.
En
este sentido, destacan que en los últimos años el sector fabricante ha
promovido y liderado muchos proyectos para identificar o crear más
conocimiento aplicado a las nuevas materias primas o coproductos de la
industria alimentaria.
En la actualidad, por ejemplo, el
Departamento de Producción Animal de la Universidad Politécnica de
Madrid (UPM) busca nuevos aditivos e ingredientes para la formulación
de piensos, en especial de animales monogástricos (porcino, aves y
conejos).
La función de los aditivos investigados, según han
detallado fuentes del Departamento, consiste en mejorar el
aprovechamiento de los nutrientes de los piensos o en sustituir los
antibióticos, anteriormente permitidos en alimentación animal como
promotores del crecimiento y que, actualmente, están prohibidos en la
Unión Europea.
En el caso de los aditivos, están estudiando
enzimas producidas por microorganismos, como pueden las levaduras
-similares a las utilizadas en la fabricación del pan- que se
incorporan a los piensos para mejorar los nutrientes que contienen.
También en este ámbito buscan alternativas a los antibióticos
promotores del crecimiento como puede ser incorporar flor de lúpulo en
los piensos, que podría contribuir a reducir la carga microbiana
digestiva de bacterias nocivas que producen diarreas en los animales
jóvenes.
El departamento participa, además, en varios proyectos
con empresas del sector centrados en la investigación de subproductos y
coproductos de la industria de biocarburantes, como la glicerina o la
colza, cuyo subproducto, una vez utilizado el aceite de esta semilla
para la fabricación de biodiesel, es un concentrado en proteína.
La utilización de microalgas como fuente de proteína en piensos es
otras de las líneas de investigación y ya existen importantes proyectos
de investigación dirigidos al cultivo industrial de microalgas para la
producción de biodiesel.
Una vez finalizado ese proceso, se
propone que el residuo de biomasa concentrado en proteína pueda
utilizarse para la alimentación animal, pero aunque la composición en
aminoácidos de las microalgas tiene un perfil muy favorable, todavía se
conoce muy poco acerca de su utilización digestiva.
En el caso
de pequeños rumiantes como el ovino y el caprino, existen actualmente
varios estudios sobre el uso de subproductos agroindustriales para su
alimentación.
Es el caso del Instituto Canario de
Investigaciones Agrarias (ICIA), que analiza subproductos de platanera
y de agroindustrias como las cerveceras o las harineras y su
incorporación en los piensos.
Según el investigador Sergio
Álvarez, ahora se estudia cuál es la mejor manera de utilizarlos e
incorporarlos a las dietas de este tipo de ganado, para posteriormente
ver su influencia en la producción, la fabricación y la tecnología, así
como en la calidad de la leche y los quesos.
Álvarez ha
destacado que el objetivo de incorporar estos subproductos,
que se introducen hasta un máximo de un 35 o un 40 % en los piensos, es
abaratar los costes de la alimentación y reutilizar los residuos que se
generan en otras actividades.
En la fabricación de los piensos,
el 95 % es la suma de cereales (que se introducen entre un 40 y un 70
%) y subproductos industriales (salvados de trigo, pulpa de remolacha y
harinas de extracción de semillas oleaginosas, entre un 20 y un 40 %).
El 5 % restante corresponde a minerales (sal, carbonato cálcico, fosfatos minerales), microminerales, vitaminas y aditivos.
La producción total de piensos en España se situó en 20,5 millones de
toneladas en 2010, de los que 20 millones se destinaron a animales de
granja y 545.662 a animales de compañía.