Temor e incertidumbre, por tanto, en el campo, en un contexto de menores precios para las uvas y problemas para la recogida y en los pagos, que se suma a la desaceleración de los valores del vino
La vendimia avanza en medio de tensiones en la viña provocadas por problemas en la recepción de las uvas -logísticos y de otro tipo- y morosidad en los pagos a los agricultores o a precios insatisfactorios, que coinciden además con un momento de fuertes caídas de las cotizaciones del vino.
Entre los problemas, COAG criticó esta semana que, una vendimia más, la gran mayoría de los viticultores españoles entregarán sus uvas sin conocer cuánto, ni cuándo las cobrarán. Denunció que las bodegas "incumplen de forma sistemática" los plazos de pago al viticultor -30 y 60 días para uvas y vino, respectivamente-; y que gran parte de las liquidaciones se producen en el primer semestre del siguiente año, lo que supone una "financiación encubierta" de estas empresas a costa del agricultor.
Además, los viticultores gallegos de O Ribeiro llegaron incluso a encerrarse después de que algunas bodegas no les dieran garantías de que recogerían sus uvas -actuación que suspendían ayer ante un principio de acuerdo con la Xunta-, mientras que los manchegos exigen una solución a los problemas logísticos en esta vendimia.
Temor e incertidumbre, por tanto, en el campo, en un contexto de menores precios para las uvas y problemas para la recogida y en los pagos, que se suma a la desaceleración de los valores del vino.
Así por ejemplo, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) constata importantes descensos de los precios de los caldos de mesa entre el 23 y el 29 de septiembre, más pronunciados en el caso del blanco, que retrocede un 6,45 % respecto a la semana anterior, hasta 4,06 euros por hectogrado.
Una caída que se une a la experimentada una semana antes, también abultada, en torno al -6,47 %. Los tintos se depreciaron el 2,9 % y se pagan a 4,35 euros por hectogrado, con lo que continúa la espiral de depreciación de la anterior semana, cuando se desinflaron otro 2,61 % adicional.
Por mercados representativos, los vinos blancos sin indicación geográfica cotizan a 4,52 euros en Albacete; a 5,31 en Badajoz; a 3,64 en Ciudad Real; a 4,60 en Cuenca y a 3,50 en Toledo. Y los tintos lo hacen a 4,87 euros en Albacete; 3,88 en Ciudad Real; 4,82 en Cuenca; 5,78 en Murcia; 4,30 en Toledo y 3,22 en Valencia, según esta misma fuente oficial.
Una mirada al exterior muestra que en Italia los blancos comunes cotizaron en la última semana de septiembre a 5,71 euros/hectogrado -con ascensos del 3,1 % respecto a la anterior-, mientras los tintos se dejaban un 0,8 %, hasta 5,24 euros, según Ismea.
En Francia, los tintos se pagaban en la primera semana de octubre a 5,63 euros por hectogrado de media (5,93 los de indicación geográfica y 4,96 el resto), mientras que el valor de los blancos se sitúa en 6,92 euros (7,58 para los calificados con IGP y 6,22 para los comunes o de mesa), según los datos de FranceAgriMer.
En cuanto a la evolución de las ventas, el cierre de campaña 2012-2013 se ha saldado con 3,8 millones de hectolitros de vino menos exportados desde España, tal y como han indicado desde el Observatorio español del Mercado del Vino (OEMV).
En términos de valor se mantiene el crecimiento durante los doce meses de campaña (del 8,1 %, hasta los 2.586,6 millones de euros) lo que significa un nuevo récord para la industria vitícola española.
Por su parte, durante los siete primeros meses de 2013, se registró un aumento en valor del 6,3 % en valor, aunque con pérdidas de un 17 % en volumen, y un aumento del precio medio de venta del 28 % hasta los 1,39 euros por litro, apostilla la misma fuente.
Entre las novedades de la semana, la industria del vino demanda más decisión y un apoyo decidido de las instituciones comunitarias. Especialmente quieren mejorar su acceso a los mercados exteriores, imprescindible para seguir creciendo.
Y es que, pese a las numerosas discusiones para lograr acuerdos de libre comercio en las que se ha embarcado la UE en los últimos años, de entre los 15 mercados prioritarios para el vino, éstos sólo se han concluido con Corea del Sur, Singapur, Centroamérica, Colombia y Perú, tal y como ha recordado el presidente del Comité Europeo de las Empresas del Vino (CEEV), Jean-Marie Barillère.
La industria del vino quiere su sitio y parece que está dispuesto a pelear para lograrlo como lobby en Bruselas.
