Así lo han explicado fuentes del sector agrario, que han apuntado que la próxima vendimia rondará los 40 millones de hectolitros.
La vendimia 2011-2012 avanza estos días por
todo el territorio español, una actividad cada año más adelantada y
temprana -previsiblemente por los efectos del cambio climático-,
sometida a una creciente mecanización y a una recogida más habitual
durante la noche para evitar los daños por calor.
Así lo han
explicado fuentes del sector agrario, que han apuntado que la
próxima vendimia rondará los 40 millones de hectolitros -en similares
niveles al ejercicio pasado- y que se presenta con buenos augurios de
mercado, porque apenas hay excedentes y los vinos españoles se venden
bien en el mundo.
Pero también apuntan al "lastre" que suponen
los bajos precios que reciben los agricultores por la uva, el abandono
de viñedos tras el proceso de reestructuración fomentado por la actual
Organización Común de Mercado (OCM) del vino (95.000 hectáreas
arrancadas en los últimos tres años en España, 70.000 de ellas en La
Mancha) y las pérdidas de uva por la adversa climatología o plagas en
ciertas zonas.
El avance de la mecanización de la recogida de
la uva es, además, imparable y este año supera ya el 50 % en algunas
zonas vitivinícolas, como el Marco de Jerez, una tarea que se hace de
madrugada para evitar la fermentación y la pérdida de aromas y azúcares
por el calor diurno.
La primera previsión vitivinícola, todavía
muy preliminar del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
(MARM) -con datos a junio de 2011 y por tanto sujetos a futuras
revisiones- sitúa la producción para la campaña 2011-2012 en 41.216.700
hectolitros de vino y mosto (+0,86 %), de los cuales 22,98 millones
corresponden a Castilla-la Mancha.
El MARM recoge, además, 3,09
millones de hectolitros para Cataluña; 2,22 millones para Comunidad
Valenciana; 2,12 millones para La Rioja; 1,36 millones para Castilla y
León; 1,32 millones para Andalucía; 1,30 para Aragón; 904.800
hectolitros para Galicia; 710.000 para Navarra y 675.000 hectolitros
para Murcia, entre otras.
En este contexto, el responsable de
la sectorial de vino de Asaja, Fernando Villena, ha cifrado entre un 10
y un 15 % el descenso de la próxima vendimia en Castilla-la Mancha
-habrá que esperar a ver el comportamiento en el resto del Estado- que,
en su opinión, estará marcada por los bajos precios de la uva, en los
niveles de hace una década, inferiores a los costes de producción.
Villena ha indicado que las primeras tablillas que publican algunas
bodegas manchegas anuncian pagos para la uva de 0,18 euros por kilo
para el viticultor, cuando las cotizaciones "razonables" estarían en
una horquilla de 0,21 y 0,33 euros/kg -según sean variedades blancas o
tintas-, cifras calculadas para fincas con rendimientos de 15.000 kilos
por hectárea.
De otro lado, ha mostrado su preocupación por las
altas temperatura al inicio de esta vendimia, lo que complicará la
tarea de lograr una graduación adecuada para el mosto.
El
responsable sectorial de COAG, a su vez presidente del Comité
Consultivo del Vino de la UE, Alejandro García-Gasco, ha precisado que será una campaña "bastante normal" en España -40 ó 41
millones de hectolitros-, aunque con algunos problemas derivados del
bajo precio de la uva y del escaso consumo per cápita de los vinos.
Para García-Gasco, hay buenas expectativas de comercialización tanto
para los vinos -apenas hay stocks al inicio de campaña que interfieran
y las exportaciones se sitúan en niveles récord de 20 millones de
hectolitros, según datos interanuales a junio- como para los mostos -se
obtendrán 4 ó 5 millones de hectolitros este año-.
Ha recordado
que las cifras de la Unión Europea (UE) son más o menos estables, con
163,6 millones de hectolitros obtenidos en 2009-2010, con Italia (unos
50 millones), Francia (45-47 millones) y España (38-40 millones de
hectolitros) en cabeza, pero con un problema común de creciente
competencia de los países del "nuevo mundo" vitivinícola: Australia,
Chile, Argentina o Sudáfrica.
Por su parte, la secretaria de
Organización de UPA-Toledo, María Sánchez Seoane, ha explicado que la
producción en Castilla-La Mancha -concentra el 50 % de la española-,
caerá un 20-25 % por ataques de mildiu y oidio y por el pedrisco en
algunas zonas localizadas, lo que redundará en una sensible caída de la
contratación.
Ha precisado que el último proceso de
reestructuración, con arranque de viñas, y el avance del cultivo
mecanizado en espaldera también incidirá en el empleo durante la
vendimia manchega, en la que han trabajado en algunos años hasta 45.000
y 50.000 jornaleros.
Por otra parte, desde UPA-Toledo han
asegurado que la última normativa sobre requisitos para la contratación
de temporeros rumanos -el colectivo más numeroso- justo antes de
iniciar la recolección dificultará este ejercicio porque "nos pilla en
fechas muy apretadas".