El Director General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural del MARM ha incidido en la importancia de contar para la gestión del paisaje, con la visión del territorio y de sus gentes, creando redes de decisión en la que los ciudadanos del terreno tengan el debido protagonismo
El Director General de Desarrollo Sostenible del Medio Rural del MARM, Jesús Casas, ha participado en la inauguración del
Seminario Situación actual de los boques: retos y oportunidades que
organizado en el marco de los cursos de la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo, se celebrará hasta el 5 de agosto en el Palacio de la
Magdalena en Santander, donde ha resaltado la importancia de integrar la gestión de los bosques en el marco de una política de desarrollo rural.
En este sentido Jesús Casas ha incidido en la necesidad de contar, para la gestión forestal,
con la visión del territorio y de sus gentes, devolviendo el
protagonismo al terreno y trenzando, poco a poco, redes de decisión en
la que los ciudadanos del terreno no solo tengan capacidad para incidir,
sino que tengan el debido protagonismo.
Un
país –ha indicado el Director General- en el que la mitad de su
superficie es forestal no puede hacer política rural si no tiene en
cuenta a los montes y, por otra parte, difícilmente va a ser posible
gestionar adecuadamente los bosques si no es integrados en un escenario
de política rural.
Por
ello Jesús Casas ha subrayado la conveniencia de aplicar en el gran
espacio de territorio que ocupan los bosques una visión transversal de
desarrollo sostenible, señalando que en la gestión de los paisajes se
enmarcan, en una matriz común, los distintos usos del territorio, que no
se pueden ver de forma aislada.
El
Director General ha resaltado la etapa de expansión que se constata en
la situación de los montes españoles, que en la actualidad cubren más
del 54% del territorio nacional, con un aumento anual de la superficie forestal de más de 200.000 hectáreas por año, de
forma que solo en los últimos 10 años la cubierta forestal se ha
incrementado en cerca de 5 millones de hectáreas, indicando que si bien
los bosques están creciendo, siguen siendo muy jóvenes, y las masas forestales necesitan gestión activa, y esa necesidad de gestión activa se puede y se debe convertir en un desarrollo para la actividad de la gente.