Una vez aprobado el proyecto, se podrá iniciar la construcción de este desagüe que representará una inversión superior a los 40 millones de euros.
La Directora General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio
Rural y Marino (MARM), Marta Moren, y el Consejero de Medio Ambiente de
la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, han firmado un
convenio para la redacción del proyecto de desagüe de la Balsa del
Sapo, en El Ejido, Almería.
Las obras incluidas en el proyecto, que será desarrollado a través
de la Sociedad Estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas, Acuamed, y
de la Agencia Andaluza del Agua, supondrán una inversión de unos 40
millones de euros. Su ejecución permitirá resolver los frecuentes
episodios de inundaciones que se producen en la actualidad en la zona,
al tiempo que se preservará el ecosistema húmedo de este entorno.
Al acto celebrado asistieron, asimismo, el Director
General de Acuamed, Carlos Massa, y el Director Gerente de la Agencia
Andaluza del Agua, Juan Paniagua.
Este Convenio da cumplimiento a la moción aprobada recientemente
en tal sentido en el Senado. Para ello, la Agencia Andaluza del Agua y
Acuamed han previsto una infraestructura consistente en una conducción
que, partiendo de la balsa, discurrirá en un corto tramo en canal, para
entrar más adelante en túnel a lo largo de unos 7.500 m. El túnel
desaguará en un cuenco amortiguador que finalizará en un canal. Éste, a
su vez, conducirá el agua hasta el mar.
La Balsa del Sapo se localiza dentro del municipio de El Ejido, en
el Poniente almeriense. La balsa, de origen artificial, está formada
por dos vasos separados por un camino y rodeadas de parcelas dedicadas
a la horticultura al este, norte y oeste, mientras que al sur existe un
núcleo habitado, Las Norias.
La formación de esta balsa tiene su origen las intensas
excavaciones que se realizaron en la zona, entonces seca, para la
obtención de materiales para los invernaderos. Esta actividad propició
la aparición de dos profundas depresiones. Más adelante, debido al
deterioro de la calidad de las aguas de los acuíferos, se abandonó su
explotación, por lo que los niveles freáticos se recuperaron,
alcanzando sus cotas normales.
En las zonas intensamente excavadas, al ser los niveles del
terreno inferiores a los freáticos el agua afloró, generando las
actuales balsas, que tienen una superficie de 130 hectáreas, un volumen
de 9,7 hm3 y una profundidad, en algunos casos de 12 metros.
Debido a la ausencia de un desagüe natural, en épocas de lluvias
intensas se producen inundaciones en las explotaciones agrícolas
-invernaderos- y núcleos urbanos cercanos.