Desde distintas instituciones empresariales de Sevilla, así como los sindicatos UGT y CCOO de nuestra ciudad, se han marcado la cansina estrategia de que cada corto espacio de tiempo conviene repetir de forma monótona la canción del dragado del Guadalquivir. Los argumentos para llevar a cabo la casi faraónica obra es la de siempre, crear falsas expectativas de la creación de innumerables puestos de trabajo. Cito como ejemplo puertos próximos como los de Huelva o Cádiz que, sin tener problemas de calado y con zonas francas, no son precisamente un ejemplo de febril actividad económica como vaticinan los representantes políticos y empresariales de nuestra ciudad.
Según dichas instituciones, el dragado de profundización del Guadalquivir se ha convertido en una especie de “varita mágica” solucionadora de todos los problemas políticos, económicos y sociales de Sevilla. Nada más lejos de la realidad, ciertas empresas de conocidas marcas justifican su cierre al problema del dragado. Estas empresas llevan en Sevilla más de 40 años sin que el dragado haya significado un inconveniente ¿Necesitan empresas como Renault barcos de enorme calado para transportar cajas de cambio de coche?. NO. El cierre o deslocalización de dichas empresas es ajeno al dragado. Otro de los argumentos utilizados es, repetir hasta la saciedad, la posibilidad de atraque de cruceros de mayores dimensiones y la posible riqueza que generaría. Todos conocemos las características de este tipo de turismo, turismo del TODO INCLUIDO en el precio y, que a lo sumo, turismo que en sus escalas consume alguna copa y acaso compra algún souvenir. ¿Dónde está aquí la creación de empleo?, ¿En qué sectores?. A todas estas interrogantes pueden existir distintas respuestas, pero para el sector arrocero de Sevilla hay una sola realidad, el dragado de profundización, cuyos beneficios para otros sectores son cuestionables, perjudicaría de forma clara al sector arrocero ya que el aumento de salinidad conllevaría una merma en la producción y en la calidad de nuestro producto y, al mismo tiempo, significaría un mayor consumo del agua de nuestros embalses.
Sector que cuenta con una superficie de 36.000 hectáreas de arroz en toda la provincia de Sevilla, 36.000 hectáreas que generan anualmente 150 millones de euros, 36.000 hectáreas que generan unos 400.000 jornales entre fijos y eventuales anuales y 36.000 hectáreas que alimentan a toda la avifauna del Parque Nacional de Doñana, Patrimonio de la Humanidad. Estos sí son datos reales, contables y demostrables no pura quimera, y nuestro sector no va a peligrar ni pagar la falta de ideas e inoperancia de políticos para la creación de nuevos puestos de trabajo ya que, como cité anteriormente, el sector arrocero de Sevilla genera 400.000 jornales anuales reales.