La semana pasada el sector presentó un documento en la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca en Huelva mostrando su rechazo al borrador de modificación de la Orden.
El sector de la chirla del Golfo de Cádiz
cumple mañana un mes y medio amarrado a puerto por falta de rentabilidad
confiando en que este principio de 2012 les traiga una solución al
conflicto y las respuestas a sus reivindicaciones.
Así lo ha
asegurado a Efe, Rafael Núñez, portavoz del sector, compuesto por unas
100 embarcaciones de draga hidráulica de los puertos de Punta Umbría e
Isla Cristina (Huelva) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y que emplea a
unos 400 marineros.
La semana pasada el sector presentó un
documento en la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca en Huelva
mostrando su rechazo al borrador de modificación de la Orden que regula
esta pesquería por entender que no respondía a sus demandas y pidiendo
la concesión de ayudas mientras que se realizan los estudios científicos
que determinen si es posible reducir de 25 a 24 milímetros la talla
mínima de captura, su principal reivindicación.
En este
sentido, Núñez ha indicado que el sector está a la espera de una reunión
con representantes del Instituto Español de Oceanografía (IEO) para el
próximo 12 de enero en Cádiz.
"Confiamos en que nos sirva para
poder demostrar a los biólogos que cuanto decimos de la situación del
caladero y de la posibilidad de reducir la talla es cierto", ha
indicado.
El sector mantiene que por sus características la
chirla del Golfo de Cádiz se puede capturar con talla de 24 milímetros,
algo además "necesario" puesto que no hay especie de 25, que es la
actual talla mínima.
"Queremos cambiar impresiones con los
biólogos y que se acelere la respuesta y mientras tanto, que la Junta
nos conceda esas ayudas, simplemente para poder comer mientras se
realizan los estudios, ya que el sector no está por la labor de salir en
las condiciones actuales", ha manifestado Núñez.
Además ha
señalado la intención del sector de que los biólogos le acompañen a las
zonas de reserva, fundamentalmente a la de Doñana, para demostrar cómo
está allí la situación, y que es en ese lugar donde "verdaderamente"
está muriendo la chirla por falta de captura.