Esto plantea como objetivo la necesidad de mejorar la promoción del turismo rural en el mercado extranjero para paliar la crisis de la demanda interior.
El turismo rural ha puesto fin al peor verano desde que comenzó la crisis con caídas en la ocupación de hasta el 20 % con respecto a las reservas de pasado año, sobre todo por la bajada del cliente nacional, mientras que el número de extranjeros que optan por este tipo de alojamientos sigue creciendo.
Así lo han puesto de manifiesto diferentes fuentes del sector, que han coincidido en la necesidad de mejorar la promoción del turismo rural en el mercado extranjero para paliar la crisis de la demanda interior.
El presidente de la Asociación Española de Turismo Rural (Asetur), Jesús Marco, ha precisado que la caída en la ocupación puede cifrarse entorno al 20 o 25 %, un promedio "algo mejor del que se esperaba".
Marco ha detallado que, según sus datos, en julio la ocupación rondó el 40 % de las plazas existentes, mientras que en agosto, "un mes en el que otros años casi se alcanzaba el 100 %, se ha quedado en el 60 %".
El incremento de plazas y sobre todo la multiplicación de la oferta ilegal hacen, según Marco, "más desastrosa" la situación del sector, porque "no ofrecen ninguna calidad y desarman la credibilidad del turismo rural".
El presidente de la Asociación de Profesionales del Turismo Rural (Autural), Francisco Parra, ha señalado que el descenso de la ocupación en los alojamientos de este sector ha sido de en torno al 15 % con respecto al año pasado.
Parra ha añadido que esta bajada "enlaza con otros meses también vacíos" y responde, a su juicio, a la bajada del viajero nacional "por la dramática situación económica" que atraviesa España.
No obstante, ha remarcado que esta disminución se amortigua en parte con la llegada de turistas extranjeros, sobre todo europeos, "que cada vez tienen más interés por el turismo de interior".
En este sentido, Parra ha reclamado el apoyo de la Administración para mejorar la promoción internacional y la visibilidad del sector en el extranjero, "mucho más cara y fuera del alcance de los propietarios".
Para Parra, el cliente extranjero "sigue siendo minoritario" al tiempo que "muy interesante", porque reserva estancias más largas y tiene un mejor poder adquisitivo.
Según los datos de la central de reservas Toprural, en julio de 2012 la ocupación se situó sobre el 30 %, frente al 35 % del mismo mes en 2011, mientras que en agosto este registro llegó al 55 %, gracias a las reservas de última hora, dos puntos más que en el mismo periodo de 2011.
En este sentido, su director de Comunicación, Joseba Cortázar, ha tildado este verano como el "peor que ha vivido el sector desde que empezó la crisis".
A su juicio, esta situación debería llevar a pensar a las medidas para afrontar los retos del turismo rural entre los que ha destacado la simplificación de la oferta "para hacerla más comprensible, sobre todo para atraer al turista extranjero".
Cortázar ha explicado que la llegada de visitantes de fuera de España sigue creciendo, y no sólo en verano, por lo que hay que trabajar para incentivar este tipo de turismo para que compense la caída del mercado nacional.
Ha añadido que, en el caso del visitante nacional, la "situación es muy difícil", pero que se puede seguir intentado vender las fortalezas del turismo rural, como el servicio o la proximidad, frente a otros sectores.
Según lo datos de la Encuesta de Ocupación de alojamientos turísticos extrahoteleros que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) la semana pasada, el sector sumó casi un millón de pernoctaciones en julio, un 7,5 % menos que en el mismo mes de 2011.
En estos momentos, España cuenta con 15.901 alojamientos rurales, un 2,38 % más que hace un año, donde trabajan 22.798 personas, una cifra que es un 3,69 % inferior a la del mismo periodo del pasado año.
