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La Semana Verde de Berlín, la mayor feria mundial para los sectores agrícola y alimentario, cerró sus puertas tras diez días que han dejado un "positivo" balance, según sus organizadores.

A las cifras récord que volvió a lograr este encuentro empresarial en su 87 edición, la organización añadió en su informe final el valor de combinar reuniones de alto perfil político y empresarial con actividades de entretenimiento para el público general.

La Semana Verde congregó entre el 18 y el 27 de enero a la cifra récord de 1.630 expositores de 67 países, a 80 ministros de Agricultura, unos 100.000 profesionales del sector agropecuario y a más de 300.000 visitantes y curiosos, pese a unas temperaturas permanentemente por debajo de cero en la capital alemana.

Los 115.000 metros cuadrados del exposiciones -otra cifra récord- dieron cabida a decenas de ponencias técnicas y debates de política agraria, muestras de gastronomía exótica y maquinaria agrícola puntera, firmas de acuerdos comerciales, demostraciones culinarias e, incluso, a exhibiciones de animales de granja y mascotas.

"La Semana Verde es la más importante plataforma a nivel mundial del negocio agrícola y una cita obligada para todos los miembros de la cadena de valor (del sector)", aseguró en el comunicado Christian Göke, responsable del recinto ferial berlinés.

Los alrededores de 407.000 visitantes totales de la feria que ha estimado la organización de la feria en la presente edición gastaron unos 113 euros por persona en el encuentro, frente a los 111 por cabeza de la edición anterior, lo que supone unos ingresos de en torno a 46 millones de euros para los expositores.

Además, 4.800 periodistas de 70 países cubrieron el encuentro empresarial y unas 10.000 personas trabajaron de media cada día en el recinto ferial.

La organización de la Semana Verde de Berlín estima que en total la feria ha dejado más de 150 millones de euros en la capital alemana.