Veterinarios
del Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas de la
Universidad de Córdoba investigan cómo se produce el Síndrome
Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS), una enfermedad que causa
estragos económicos en el sector a nivel mundial.
Aunque
aún no existen estudios que midan las pérdidas que provoca este virus
en Andalucía, sí existen referencias sobre su impacto en otras zonas
del planeta. Es el caso de Estados Unidos, donde el National Pork Board
valoró en un informe en 2005 las pérdidas anuales que provoca el PRRS
en 66,75 millones de dólares en las granjas de cría, y 493,57 millones
de dólares en las granjas de cebo.
El
equipo de investigadores, liderado por el catedrático Librado Carrasco,
trabaja en un proyecto financiado por el extinto Ministerio de
Educación y Ciencia, con el que pretende estudiar el papel de los
linfocitos T reguladores, células que modulan la respuesta inmune, y
que cumplen, por tanto, un rol clave en los mecanismos de defensa del
organismo para combatir las enfermedades víricas.
El
problema surge cuando la respuesta por parte de estos linfocitos T
reguladores es desproporcionada, evitando que se pueda desarrollar una
respuesta inmune eficaz, algo que ocurre en otras enfermedades víricas
más conocidas como el SIDA.
Según
detalla el también decano de la Facultad de Veterinaria, Librado
Carrasco, "hay virus como el PRRS, que centra nuestro estudio, que
pueden modular la respuesta inmune del hospedador induciendo un aumento
de la expresión de los linfocitos T reguladores como evasión del propio
virus para no ser reconocido y, de este modo, que el organismo no
genere una defensa ante él". Determinar la influencia real de estos
linfocitos T reguladores así como encontrar medidas eficaces de control
frente a este virus es el objetivo de su trabajo.
Aplicable a humanos
Los
futuros resultados de este estudio, previstos para finales de 2010,
podrían servir como transferencia de conocimiento y establecerse como
modelo para esclarecer hipótesis sobre otras enfermedades víricas en
las que se cumplen los mismos mecanismos pues, según subraya Carrasco,
"trabajamos con una especie más cercana y similar al hombre que las de
otros modelos experimentales, cuyos estudios se centran en peces, y
cuyos tejidos, órganos y sistemas se diferencian más de los del hombre".
Por
otra parte, el impacto directo sobre el sector porcino se reflejaría en
favorecer la elaboración de vacunas más eficaces para el control de la
enfermedad (mediante la modulación de la expresión de los linfocitos T
reguladores), que permitan el desarrollo de una respuesta inmune eficaz
por parte del organismo frente al virus del PRRS.
El
virus causante de esta enfermedad, perteneciente al género arterivirus,
que se caracteriza por una alta variabilidad genética, según apunta
Carrasco. "Tiene diferentes cepas y están separados filogenéticamente
por lo que es interesante comprobar si cepas tan distintas utilizan los
mismos mecanismos patogénicos", aclara.
Ello
explica por qué el grupo de veterinarios cordobeses estudian
conjuntamente con centros que experimentan en la misma línea con otras
cepas, como la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, el
Centro de Investigación de Sanidad Animal de Madrid, el Veterinary
Laboratories Agency (Reino Unido) y el Centro de Investigación de
Sanidad Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (CReSA).
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