El uso de esta fuente energética presenta importantes ventajas frente a los combustibles fósiles, como la disminución de emisiones atmosféricas en la combustión
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han
iniciado un proyecto de excelencia dirigido a utilizar la biomasa
procedente de residuos agrícolas para la producción de pellets y su uso
energético en el ámbito doméstico. Este equipo pretende cubrir la falta
de tecnología en la comunidad autónoma en el sector de la pelletización
que fomente el conocimiento de esta fuente de energía.
"Se
trata de buscar una alternativa a los combustibles fósiles en su
aplicación en el ámbito doméstico (biomasa residual térmica), lo que
permitirá convertir a la industria de la generación de la biomasa
residual agrícola en una industria estratégica desde el punto de vista
de la seguridad energética y el desarrollo sostenible", ha explicado la
profesora Montserrat Zamorano Toro, investigadora responsable del
proyecto.
Para Zamorano
Toro, "dos de los grandes problemas ambientales con los que se enfrenta
el hombre en la actualidad son la elevada tasa de generación de
residuos y el consumo energético, ambos con una relación directa con el
cambio climático". Por este motivo, ha apuntado, "este escenario
demanda un cambio de los modelos de gestión de residuos, dirigidos a su
reducción, reciclaje y valorización, así como en los modelos
energéticos, en los que las energías renovables están destinadas a
suplir parte de las futuras demandas de energías de origen fósil".
Entre
estas energías se encuentran las fuentes de biomasa provenientes de
árboles, plantas, desechos de animales, etc. Este proyecto pretende,
por tanto, aportar soluciones a los dos problemas citados.
En
primer lugar, el grupo de la UGR realizará una selección de materiales
procedentes de residuos agrícolas para su pelletización. Como segundo
objetivo, se optimizarán los procesos y técnicas de obtención de
pellets y se analizará el ciclo de vida del producto, desde la
generación de los residuos agrícolas hasta su combustión en caldera, lo
que permitirá estudiar su viabilidad, tanto desde el punto de vista
económico como ambiental.
Por
último, se pretende hacer un análisis del posible mercado potencial del
producto fabricado, con la finalidad de diseñar una herramienta que
permita optimizar la logística de todo el sistema, para lo cual se
utilizarán las nuevas tecnologías de la información.
Para
la realización de este proyecto de excelencia, el equipo científico
colaborará con la empresa Energía Oriental. Esta empresa ha puesto en
funcionamiento la primera planta española dedicada a la producción de
pellets a partir de las podas del olivar, con una inversión total de
2,31 millones de euros, de los que 1,5 han sido aportados por la
Consejería Innovación, Ciencia y Empresa.
La
instalación, con una capacidad de producción anual de 20.000 toneladas
de pellets, está realizando junto al olivo diferentes pruebas con otras
materias primas como el chopo, almendro y cardo.
El
uso de esta fuente energética presenta importantes ventajas frente a
los combustibles fósiles, entre las que se destaca la disminución de
emisiones atmosféricas en su combustión, además de aportar soluciones a
la gestión de unos residuos que, en la actualidad, son quemados de
forma incontrolada en los mismos puntos de origen, con los riesgos
ambientales asociados.