La FAO
ha iniciado consultas a nivel mundial destinadas a elaborar las primeras
directrices internacionales sobre la tenencia de la tierra y otros recursos
naturales como el agua, la pesca y los bosques, informó el organismo.
La
Asociación de Naciones Unidas para la Alimentación y
Agricultura (FAO) añadió que las consultas y negociaciones, que responden a
peticiones de los gobiernos y de la comunidad internacional, tardarán más de un
año en completarse.
"En ellas se incluirá a gobiernos y el sector privado,
a los campesinos pobres, grupos indígenas, autoridades locales, el sector
académico y expertos independientes", y estarán dirigidas por una
secretaría ubicada en la sede central de la FAO.
"Un acceso seguro a la tierra está considerado como una
condición clave para mejorar la seguridad alimentaria de parte de la población
más pobre del mundo", aseguró Paul Munro-Faure, Jefe de la Unidad de Gestión y
Tenencia de la Tierra
de la FAO.
"La FAO
lidera esta iniciativa ya que un acceso seguro a la tierra es la mejor red de
seguridad para los pobres, y porque un buen gobierno de la tierra es condición
necesaria para asegurar este acceso y los derechos de tenencia de la
tierra", refirió la nota.
La mayoría de los países miembros de la FAO tienen leyes que protegen
a los campesinos y a los moradores de los bosques, así como a los inversores
extranjeros y locales, de ser expulsados de sus tierras o que les sean
expropiadas de forma arbitraria.
"Sin embargo, a menudo estas leyes se ignoran o apenas
se hacen cumplir", subrayó.
"La competencia por la tierra y otros recursos
naturales se está incrementando debido al crecimiento demográfico y económico,
la inversión directa extranjera en la producción de alimentos a gran escala, la
demanda de biocombustibles y el crecimiento urbano e industrial", señaló
Alexander Müller, director general adjunto de la FAO para el Departamento de Recursos Naturales.
"La disminución de la base de recursos naturales lleva
a un incremento de la competencia, ya que la tierra se abandona a causa de la
degradación, el cambio climático y los conflictos violentos", según
Müller.
"Sin un gobierno adecuado, añadió, la creciente demanda
de tierra amenaza con fomentar la exclusión social, ya que los ricos y
poderosos son capaces de adquirir tierras y otros recursos naturales en
detrimento de los pobres y vulnerables".
Un gobierno débil es la causa de muchos problemas
relacionados con la tenencia de la tierra y dificulta el crecimiento económico
debido a la reticencia a invertir por parte de grandes y pequeños inversores.
"También afecta al uso sostenible de los recursos
naturales, causando degradación medioambiental y condenando a la población a
una vida de hambre. En el peor de los escenarios puede provocar conflictos y
guerras", añadió Müller.
Las mujeres, los discapacitados, los analfabetos y los
ancianos son particularmente vulnerables a que se les expropie arbitrariamente
la tierra que trabajan, "ya que a menudo carecen de derechos legales y
sociales, o aún existiendo estos derechos, no tienen la fuerza suficiente para
conseguir que se apliquen", subrayó.