Las cotizaciones en origen de la leche han descendido este año hasta un 40 por ciento y se han situado en algunas regiones en un mínimo de 0,20 euros por litro.
Finaliza 2009, un año "para olvidar" en el sector
lácteo, que se ha visto sumido en una profunda crisis marcada por la bajada de
los precios en origen, que no le ha permitido afrontar los costes de
producción, y que ha protagonizado sucesivas protestas tanto en el ámbito
nacional como en el europeo.
Las cotizaciones en origen de la leche han descendido este
año hasta un 40 por ciento y se han situado en algunas regiones en un mínimo de
0,20 euros por litro, mientras que los costes de producción han alcanzado la
horquilla de entre 0,35 y 0,40 euros por litro.
Entre las principales causas de este desplome de las
cotizaciones el sector ha señalado a la crisis financiera, que ha retraído la
demanda de productos lácteos en el mercado internacional, aumentando los
excedentes y forzando los precios en origen a la baja.
En ese momento comenzaron las tensiones entre productores e industria,
y mientras los primeros denunciaron "amenazas" de cese en la recogida
de la leche, las empresas garantizaban su compromiso con el sector para
asegurar su viabilidad.
Los productores, además, se enfrentaban a la adaptación a
los cambios derivados del denominado "chequeo médico" de la Política Agraria
Común (PAC), ya que el pasado 1 de abril, la Unión Europea (UE)
comenzó a aplicar la subida de las cuotas lecheras.
En concreto, se trata de un incremento del uno por ciento
anual durante cinco años, lo que puede suponer, según han alertado los
productores, un aumento del volumen de leche en el mercado y la consecuente
rebaja del precio.
En abril, se agotó la paciencia de los productores y las
cooperativas, y tras las protestas acontecidas desde el comienzo del año en
regiones como Galicia, se organizó una multitudinaria manifestación en Madrid,
que reunió a los ganaderos procedentes de las principales Comunidades Autónomas
productoras.
La intervención o compra pública de mantequilla y leche en
polvo, un fondo específico de 300 millones de euros o el Plan Estratégico
"Horizonte 2015" son algunas de las medidas que han puesto en marcha
a lo largo del año las administraciones comunitaria y española para solucionar
la situación del sector, aunque todas ellas han sido tachadas de
"insuficientes" por los ganaderos.
A principios de julio, la Interprofesional Láctea
(Inlac) consideró necesario relanzar la utilización de los contratos tipo
homologados para el pago de la leche recogida en las explotaciones, un hecho
que se plasmó en un acuerdo días después entre representantes de las
organizaciones agrarias (a excepción de COAG), las cooperativas, la industria y
la distribución.
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
(MARM) participó en las negociaciones y se comprometió a intensificar los
controles de calidad de la leche y la lucha contra el fraude y a acelerar la
entrada en vigor del proyecto de Real Decreto que establece el sistema de
trazabilidad de la leche y los productos lácteos.
Tras el acuerdo, también surgieron desavenencias entre todos
los implicados para su puesta en marcha, ya que mientras los ganaderos
advertían de que la implantación se producía de manera "muy dispar"
por parte de las empresas, éstas apuntaban a las trabas administrativas y a la
"realidad operativa" de cada una de las compañías como causantes del
retraso.
Hasta el momento, según la Federación Nacional
de Industrias Lácteas (Fenil), en torno a 1 millón de toneladas de leche está
sujeto ya a contratos homologados entre ganaderos e industrias y cooperativas.
En los últimos meses las cotizaciones en origen han
registrado una ligera subida y las cifras de la organización holandesa LTO
indican que en octubre los precios medios pagados por las principales empresas
lecheras europeas se situaron en 27,06 céntimos por litro, frente a los 26,74
registrados en septiembre.
Sin embargo, tanto productores como industria láctea se
mantienen expectantes y ven con incertidumbre el futuro del sector, marcado por
la gran volatilidad de precios y existencias.
Desde 1993, el sector lácteo ha sufrido un importante
proceso de reestructuración y ha pasado de las 173.000 explotaciones a las
24.000 actuales; actualmente, cuenta con 896.049 vacas en ordeño y genera de
manera directa e indirecta más de 200.000 empleos en España.