Se trata de una regulación aprobada en 2007 que establece exigencias como densidades máximas de pollos por metro cuadrado.
Los países de la Unión Europea (UE)
deberán aplicar desde ya una normativa comunitaria con requisitos
más estrictos, con el fin de mejorar el bienestar de los pollos
criados para la producción de carne.
Se trata de una regulación aprobada en 2007 que establece
exigencias como densidades máximas de pollos por metro cuadrado ó
límites de mortalidad, para garantizar que mejoran las condiciones
de cría de esos animales.
En concreto, las granjas de aves tendrán una densidad máxima de
33 kilogramos de pollo por metro cuadrado, que podrá ampliarse a 39
kilos, excepcionalmente, si se cumplen determinados requisitos de
bienestar animal, como por ejemplo índices de mortalidad, fijados en
una fórmula.
Además, habrá un "plus" por el cual la concentración de pollos
podrá aumentar tres kilos más, hasta 43 kilos por metro cuadrado,
también bajo ciertas condiciones.
Con esta regulación, la UE armonizó las normas sobre la
protección de los pollos para carne, pues hasta entonces estaban
dispersas y cada país imponía sus propios requisitos; no obstante,
los Gobiernos pueden establecer condiciones más rígidas.
En España, el Gobierno aprobó en mayo un Real Decreto para
reforzar la protección de cría de este tipo de animales, con el fin
de recoger las últimas reglas comunitarias y fijar las condiciones
de las explotaciones, la ventilación, iluminación y los niveles de
ruido.
Quedan excluidas de estas exigencias las explotaciones ganaderas
con una capacidad inferior a 500 pollos, las incubadoras, la cría de
pollos con gallinero de salida al aire libre y la producción
ecológica.
En España se crían y sacrifican cada año más de 600 millones de
pollos.
En los 27 países de la UE, en torno a 5.000 millones se producen
en explotaciones intensivas, según datos de la organización
Eurogrupo por los Animales.
Esta asociación ha afirmado, en un comunicado, que la nueva
regulación mejorará poco el bienestar de los pollos, porque es una
"farsa" y sólo mantiene lo que los avicultores aplican, además de
recordar que cuando los países de la UE la acordaron, rebajaron
mucho los requisitos respecto a las propuestas iniciales.