En el caso de la remolacha, la lluvia ha coincidido con la finalización de la campaña de recolección.
La Coordinadora de
Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Sevilla señala que la fuerte tormenta
registrada en la tarde del pasado martes 17 de agosto ha sido especialmente
dañina para el cultivo del algodón, sobre todo en la comarca del Bajo
Guadalquivir. Otros cultivos como la remolacha, el tomate industrial y el maíz
se han visto también afectados en un momento clave para sus respectivas
campañas.
En las pedanías
de Trajano (Utrera), El Trobal y Maribáñez (Los Palacios y Villafranca) y en la
localidad de Lebrija se registraron hasta 80 litros/m2 en tan sólo
cuarenta minutos. La cantidad de agua caída sobre estas poblaciones
eminentemente agrarias va a tener consecuencias bastante graves, ya que ha
afectado de forma considerable a cultivos que se encuentran en pleno desarrollo
o en época de recolección.
En el caso del
algodón, unas 600 hectáreas se han visto perjudicadas no sólo por la lluvia,
sino también por pedrisco. Estos datos no son definitivos y podría haber más
hectáreas dañadas, ya que los agricultores están todavía comunicando a la Consejería de
Agricultura y Pesca (CAP) las incidencias registradas en sus explotaciones. En
pleno desarrollo vegetativo y con un 80% de los gastos totales del cultivo sufragados
ya por los agricultores, el algodón ha sufrido daños por desfoliación, pérdida
de botones florales, pérdida de flores y pérdida o rajado parcial de cápsulas.
Aunque la evaluación de los daños está todavía en marcha, COAG Sevilla asegura,
con los informes que tiene en estos momentos, que la superficie afectada va a
tener unas pérdidas importantes. En este sentido, esta Organización Agraria
solicita a la Consejería
que verifique la situación de los agricultores afectados por la fuerte tormenta
del pasado martes para que, como siempre ha defendido COAG Sevilla, ningún
algodonero que cumpla con la normativa vigente sufra penalizaciones por causas
ajenas a su voluntad.
En cuanto al
resto de cultivos afectados, la remolacha ha cerrado ya su campaña de
recolección, el tomate industrial se encuentra en plena campaña de recolección
y el maíz en un desarrollo vegetativo bastante avanzado, por lo que la pérdida
parcial o total de estos cultivos en ciertas parcelas supone un grave perjuicio
económico para los agricultores afectados.
Concretamente, en
el caso de la remolacha, la lluvia ha coincidido con la finalización de la
campaña de recolección, de modo que varios agricultores no han podido entregar
parte de sus cosechas ya que las máquinas recolectoras no pudieron acceder a
los terrenos que se encontraban encharcados. Estos agricultores se encuentran,
por tanto, en una situación complicada con parte de su cosecha en el campo y la
fábrica cerrada. Por esto, COAG Sevilla solicita a la industria azucarera que
busque una solución aceptable de forma que esta circunstancia excepcional no
suponga una merma en la renta de los agricultores.
Datos de final
de campaña de la remolacha:
En general, la
campaña de remolacha se puede calificar como negativa debido a las inclemencias
meteorológicas. En este sentido, las abundantes lluvias de invierno y la fuerte
helada registrada en diciembre, redujeron considerablemente la superficie de
remolacha sembrada. Por otro lado, la campaña se ha cerrado con un golpe de
calor que ha afectado gravemente al cultivo.
Al principio
fueron contratadas 654.000 toneladas y la superficie sembrada fue de 9.384
hectáreas. Debido a las lluvias se perdieron 1.600 has, que junto con una baja
producción motivada por las condiciones climáticas excepcionalmente adversas
registradas durante tota la campaña, ha provocado que la producción final sea
tan sólo de 416.897 toneladas. De ellas, 330.211 corresponden a Sevilla, otras
84.163 a Cádiz y las 2.500 toneladas restantes se reparten entre las provincias
de Huelva y Jaén.
COAG Sevilla
espera que en la próxima campaña las condiciones climáticas sean normales de
modo que haya un desarrollo adecuado del cultivo de la remolacha para que las 1.300
familias que viven de este cultivo obtengan una renta digna y, al mismo tiempo,
puedan seguir generando los 220.000 jornales que produce esta actividad
agraria.