En relación con el cambio climático, la Ministra señala que el potencial de sumidero en zonas que migren del laboreo convencional a la agricultura de conservación durante los 10 primeros años es de en torno a 5,7 toneladas de CO2 por hectárea y año.
La Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa,
ha reclamado, en el Congreso Europeo de Agricultura de Conservación,
construir una nueva relación entre el campo y la ciudad, prestigiar la
profesión de la agricultura y contribuir a su transición hacia los
objetivos ambientales como la sostenibilidad y la provisión de bienes
económicos y ambientales o el ahorro y la eficiencia energética, la
eficacia en el uso del agua, la conservación de los suelos, la
conservación de la biodiversidad, tanto silvestre como agraria, y la
mitigación de catástrofes naturales.
La Ministra ha expuesto en su intervención que en un mundo cada vez
más poblado, a la agricultura se le piden, al menos cuatro cosas: que
produzca más alimentos; que dé respuesta a la demanda social de bienes
públicos vinculados al medio rural y natural; que sea un elemento
sustancial en el proceso de construcción del territorio y, por último,
que lo haga de manera sostenible desde el punto de vista
medioambiental, social y económico.
Elena Espinosa ha indicado que el Ministerio trabaja para diseñar
una política agraria española, en el contexto general de la PAC y las
políticas europeas, que pueda hacer frente a estas exigencias.
Respecto a la contribución para frenar el cambio climático, la
Ministra ha explicado que es necesario buscar soluciones que pasan
tanto por el logro de sistemas de producción alternativos, entre los
que se encuentran la agricultura de conservación, la ecológica o la de
proximidad, como por la mejora ambiental y el reciclaje en los sistemas
agrarios de producción intensiva.
En este sentido ha subrayado que la agricultura de conservación es
sumidero de carbono y el potencial de sumidero en zonas que migren del
laboreo convencional a la agricultura de conservación durante los 10
primeros años es de en torno a 5,7 toneladas de CO2 por hectárea y año.
Otros dos retos a los que se enfrenta la agricultura son la
erosión del suelo y la pérdida de biodiversidad. La Ministra de Medio
Ambiente y Medio Rural y Marino ha recordado que uno de los métodos más
efectivos para luchar contra la erosión es mantener el suelo cubierto
con los restos de la cosecha anterior, o de cubiertas vegetales, que
mantienen sus sistemas radiculares, con lo que se minimiza el impacto
directo de las gotas de lluvia, se favorece el incremento de la
infiltración y la reducción de la escorrentía.
En cuanto a la biodiversidad, Elena Espinosa ha indicado que el
mantenimiento de restos vegetales sobre el suelo, que promueve la
agricultura de conservación, hace que se mejore la materia orgánica de
los suelos lo que redunda en un incremento de la biodiversidad del
mismo.
Finalmente, la Ministra ha señalado que uno de los objetivos del
Ministerio es el fomento de prácticas agrarias que reduzcan el consumo
de agua, potenciando así la eficiencia de los sistemas agrarios.