En concreto, el mercado nacional -que representa el 60 por ciento de la producción- ha permanecido al mismo nivel que los seis primeros meses de 2009.
La industria conservera española
incrementará este año su producción un 2 por ciento, hasta las
331.500 toneladas, según estimaciones de la Asociación Nacional de
Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos (Anfaco-Cecopesca),
que prevé que la facturación también crezca al mismo nivel.
Así lo ha asegurado el secretario general de la
organización, Juan Manuel Vieites, durante la duodécima edición de
la Feria Internacional de Productos del Mar Congelados "Conxemar".
Según Vieites, la producción de las empresas del sector se ha
mantenido "estable" durante el primer semestre del año.
En concreto, el mercado nacional -que representa el 60 por ciento
de la producción- ha permanecido al mismo nivel que los seis
primeros meses de 2009, salvo en algunos productos innovadores, que
han podido crecer "ligeramente".
En las exportaciones, ha destacado que el ritmo de crecimiento ha
mejorado respecto al primer semestre de 2009 -cuando las ventas al
exterior se redujeron un 9 por ciento- y que las previsiones apuntan
a una mejora interanual en 2010 del 2-3 por ciento, tanto en volumen
como en facturación.
"Creo que estamos llegando cada vez más al exterior mediante el
esfuerzo que hacen las empresas y Anfaco en lo referente a misiones
comerciales internacionales, que buscan dinamizar los mercados y, en
casos como el de la Unión Europea, mantener nuestro "estatus de
comercialización", ha asegurado.
Según datos de la organización, el mercado comunitario representa
el 93 por ciento de las exportaciones de la industria conservera
española -con Alemania, Italia, Reino Unido y Francia a la cabeza-,
seguido de América (5-6 por ciento), África (1-2 por ciento), Asia y
Oceanía, que todavía representan porcentajes "muy residuales".
Otra de las variables de la industria conservera que también
mejorará en 2010, según Vieites, será la de la inversión en I+D+i,
que podría aumentar en un 6-7 por ciento, después de unos años de
"ralentización" debido a la crisis económica.
"En el sistema productivo es donde ha habido menos inversiones en
innovación, pero creo que eso va a cambiar en 2010 porque el que no
invierta no podrá ganar el reto del futuro", ha afirmado el
secretario general de Anfaco.
Para Vieites, el desafío "fundamental" del sector a medio y largo
plazo es el de la globalización de los mercados y la
internacionalización, que permitirán asegurar el suministro de
materia prima para que la industria pueda competir "en cantidad,
calidad y precio".
Además, las compañías tendrá que tratar, a su juicio, de
consolidar su posición en los 94 países donde operan e, incluso,
entrar en nuevos mercados donde no habían llegado hasta ahora.
En el contexto comunitario, Vieites ha explicado que Anfaco
seguirá manteniendo contactos como representantes de las
instituciones europeas para defender los intereses de la industria
española frente a las importaciones de atún en conserva que llegan
desde terceros países.
En este sentido, ha explicado que los Acuerdos de Asociación
Económica (EPA) -convenios recíprocos que autorizan el libre
movimiento de bienes y servicios entre Europa y países de África,
Caribe y el Pacífico- con Estados como Papúa Nueva Guinea y Fiji,
entre otros, exonera a sus productores del cumplimiento de los
requisitos de fabricación obligatorios en el mercado común.
"Eso provoca que, mientras las empresas europeas tienen unas
condiciones obligatorias a nivel nacional -e incluso en sus
inversiones en terceros países para abastecerse de materia prima-,
estos Estados pueden abastecerse de cualquier lugar del mundo sin
ningún tipo de cortapisa", ha apuntado.
Para Vieites, eso ha provocado que las ventas de dichos países en
la UE se hayan incrementado un 3 por ciento en el último año y que
multinacionales de Filipinas, China, Tailandia y Estados Unidos
vayan a abrir cuatro "macroplantas" en su territorio.
A su juicio, esta situación provoca "incertidumbre" entre los
productores comunitarios y no responde a la coherencia con la que se
quiere plantear la política económica común ya que, mientras se
ayuda a determinados sectores para mantener el empleo, se perjudica
a otros, como el de las conservas.