Así se concluye en el "Estudio y diagnóstico de nuevas alternativas agrarias de bajo consumo de recursos en el Espacio Natural de Doñana", elaborado por la Fundación Doñana 21.
El granado, la higuera, el pistachero, el caqui o el almendro se
presentan como alternativas agrarias para Doñana, ya que se trata de
variedades que frenan el deterioro ambiental y promueven la
conservación de los territorios.
El estudio parte del
hecho de que el paisaje agrario de Doñana está amenazado por problemas
ambientales, erosión y pérdida de la fertilidad de los suelos;
subvenciones al arranque de viñedo; excesiva fragmentación de las
parcelas agrícolas; la escasez de agua para regadío; pérdida de empleo
y cualificación en el sector; el envejecimiento de la población activa,
o la modificación de las ayudas PAC.
Ante esta situación es
necesario determinar qué variedades eran las más idóneas para minimizar
los impactos ambientales; reducir los problemas agroambientales;
incrementar la renta del agricultor tradicional y fomentar y mantener
la biodiversidad agraria.
A partir del estudio y diagnóstico de
los principales recursos que se utilizan en la actividad agraria de
Doñana, se inició la búsqueda de fórmulas de cultivos filtrándolos en
base a expectativas, experiencias e inquietudes del sector,
concluyéndose que son los anteriormente expuestos los más idóneos.
En relación al pistacho se resalta el hecho de que es un cultivo con
características muy apropiadas para su implementación en zonas de
Doñana, delimitadas por registrar bajas temperaturas en épocas
invernales; de que sea un cultivo novedoso en España y que puede ser
manejado de forma ecológica en las condiciones de este espacio.
Los inconvenientes que se plantean son la necesidad de "una economía a
escala, gran plantación o asociación de productores, para ser
competitivos" y la necesidad de horas frío, que pueden limitar su
cultivo en algunas zonas o restringirlo a variedades.
Con
respecto al almendro, frutal muy conocido en la comarca de Doñana, el
estudio destaca que es una opción de "gran interés" para áreas con
escasa disponibilidad de recursos hídricos, que trabaja cómodamente en
sistemas de producción ecológica, y podría incrementar su productividad
implementando plantaciones más tecnificadas y dotadas de un apoyo de
riego en las condiciones ambientales de Doñana.
El aspecto
negativo que se contempla es el hecho de la "elevada" presencia de este
cultivo en otras zonas andaluzas, pudiendo encontrar competencia en los
mercados.
La higuera y el Granado se plantean como una
alternativa que puede suponer la recuperación de especies tradicionales
y mantener la gastronomía popular, además de generar un espacio de
paisaje tradicional muy integrado con la conservación del medio natural
y de ser un cultivo muy fácil de manejar de forma ecológica.
El
problema que determinan para en el caso de la higuera en la comarca es
que su recolección es en verano coincidiendo con la temporada alta del
sector turístico, pudiendo padecer escasez de mano de obra en
determinadas circunstancias; mientras que para el granado es la
necesidad, en la mayoría de nuestros ambientes agrarios apoyo de riego
localizado, para obtener producciones elevadas.
Con respecto al
caqui, se determina que es una alternativa susceptible de implantación
en pequeñas y medianas superficies y que existen estructuras
comerciales en la Comarca que pueden ser utilizadas para la
distribución de un producto "rentable" y con nivel de comercialización
al ser un frutal poco consumido.
El que sólo sea viable en las parcelas que dispongan de agua para el regadío es uno de sus principales inconvenientes.