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El gallo es uno de los pescados frescos más apreciados por el consumidor español aunque su presencia en el mercado es más irregular que la de otros peces, según un estudio del Observatorio de Precios del Ministerio del Medio Ambiente Rural y Marino (MARM), difundido.

El informe sobre la "Cadena de valor y formación de precios del gallo" se ha centrado en el análisis de la variedad en fresco del género "Lepidorhombus" recibido en lonja española, entero (no fileteado ni troceado) y hasta el punto de venta.

Indica que la captura de esta especie tiene una estacionalidad baja, aunque su presencia en el mercado es más irregular que la de otros pescados blancos.

Entre 2001 y 2008 disminuyó un 24 % la producción de gallo, según el MARM.

Es uno de los recursos más interesantes para la flota española y se localiza principalmente en el océano Atlántico Norte, las costas del Sahara occidental y los caladeros del Mediterráneo.

Los puertos de Galicia concentran la mayor parte de las descargas de este producto.

El estudio concluye también que los mayoristas en origen realizan la mayor parte de las compras en lonja, pues este pescado requiere de un "conocimiento experto" para valorar su calidad y establecer así su precio.

El informe subraya que la presencia de detallistas en la cadenas de venta es cada vez menor, porque las plataformas de distribución están ampliando la cuota de mercado y además, hay una falta de "relevo generacional" en las pescaderías, negocios "eminentemente" familiares.

Por otro lado, el estudio señala que dentro de los costes de la cadena de valor, la mitad corresponde a la fase de captura, según datos de 2009.

Entre esos desembolsos destacan las partidas de suministros (combustibles principalmente) y personal debido a que el tipo de pesca que se efectúa para la captura de esta especie requiere un desplazamiento mayor.

Según el informe, las variaciones de precios en "otros eslabones" de la cadena no se trasladan a lo que paga el consumidor en la venta final.

Esto provoca un cambio "elevado" en los márgenes, que depende sobre todo del precio de adquisición diario, así como de un cierto riesgo de comercialización, en el caso de que la demanda no se ajuste a la oferta presentada.

El estudio destaca la diferencia "considerable" de cotizaciones de este pescado según el tamaño, pues los llamados gallos de filete (de hasta un kilogramo de peso) llegan a venderse el doble de caros que los de ración (250-300 gramos).