Según ha informado Asaja-Sevilla.
La campaña de aceituna de mesa ha acabado con
los precios más bajos de los últimos 17 años, lo que no permite ni
cubrir el 50 por ciento de los costes del cultivo, y con una producción
que ha sido un 16 por ciento más baja de la prevista, según ha informado
Asaja-Sevilla.
Ante esta situación, Asaja señala que los pagos directos de la UE, ahora también cuestionados,
constituyen "la única tabla de salvación de miles de olivareros".
El precio medio en campaña de la aceituna manzanilla se ha situado en
0,45 euros el kilo, el peor precio de los últimos 17 años, según Asaja,
que recuerda el que se obtuvo en 1995, cuando se pagó a un precio medio
de 0,75 euros el kilo, mientras que la Junta ha fijado el precio mínimo
para cubrir costes en 0,82 euros.
Los precios pagados por el
resto de variedades (gordal, hojiblanca, carrasqueña y cacereña) no han
sido mejores, y en todos los casos las cotizaciones han sido las menores
de los últimos 17 años, subraya Asaja.
Los primeros aforos
oficiales fijaban la producción para esta campaña en 522.000 toneladas,
una cantidad que se ha visto reducida en un 16 por ciento porque
finalmente sólo se han recolectado 438.000 toneladas.
Asaja
atribuye el "hundimiento" del sector a la presión de la distribución y
la industria, y añade que ante "un desequilibrio de la cadena de valor
sin precedentes", han instado a la Junta a que solicite medidas
especiales.
En este sentido, la patronal agraria ha indicado
que la Consejería de Agricultura ha solicitado al Gobierno medidas
fiscales excepcionales, la moratoria y exención del pago de la Seguridad
Social y la inclusión en la nueva PAC del mecanismo de almacenamiento
privado para la aceituna de mesa.
Esta situación llevó a
Asaja-Sevilla a organizar un acto reivindicativo el pasado 14 de
septiembre en el que se repartieron 5.000 kilos de aceituna de mesa para
presionar a la industria y a la distribución.
Asaja agrega
que están a la espera de la puesta en marcha del resto de medidas que
han demandado a la Consejería, entre ellas incrementar los fondos de
promoción, mejorar las normas de calidad y etiquetado y aprobar un Plan
de Reestructuración que permita garantizar la rentabilidad del cultivo y
la continuidad de las explotaciones.