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El sector de la chirla del Golfo de Cádiz, compuesto por unas cien embarcaciones de draga hidráulica de Punta Umbría e Isla Cristina (Huelva) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ha iniciado un nuevo amarre indefinido de la flota debido a la caída de precios y al aumento de los costes de la actividad.

Así lo ha indicado el portavoz del sector, Rafael Núñez, quien ha explicado que la decisión se ha adoptado después de que no hayan podido vender el kilo de chirla a más de 1,5 euros debido, principalmente a la entrada "masiva" de chirla italiana en los puertos andaluces.

Esta caída de precios unido al aumento de los costes de la actividad, motivado sobre todo por la subida del precio del gasóleo, hace que salir a faenar no sea "rentable" para estos mariscadores.

Según ha explicado Núñez para que el mariscador pueda hacer frente a los costes del gasóleo y obtener un jornal el kilo de chirla tendría que venderse entre 3,5 y 4 euros, y, sin embargo, ayer apenas si consiguieron hacerlo por 2,5 euros y por 1,5 euros.

Por ello, el sector se demanda a la administración autonómica, competente en materia de marisqueo que se extremen los controles en la entrada de chirla desde Italia ya que "se trata de productos que se comercializan en vivo, no en conserva y son bastante perecederos" y no entiende cómo llega "tanto" producto de Italia "incluso más que el que se podría demandar", vendiéndose a cantidades que a veces no llegan ni a los 1,5 euros.

Esta decisión de amarre se produce apenas un mes después de que el sector decidiera salir a la mar y poner fin a otro amarre indefinido que desde finales de noviembre se prolongó por casi dos meses en los que demandaban a la Junta de Andalucía un cambio de talla mínima de captura de 25 a 24 milímetros en base a las características propias de la chirla del Golfo de Cádiz y una autorregulación.

Sus demandas no fueron satisfechas pero los mariscadores decidieron salir a la mar ante la necesidad de contar con algunos recursos económicos.