UPA-Andalucía
La profunda crisis de precios del sector agrario, asfixia a agricultores
y ganaderos andaluces
La situación
del campo durante el año 2010
ha sido asfixiante. Un contexto de crisis que se posterga,
cogiendo de pleno al sector agrario, oprimido por las ridículas cotizaciones en
origen y por las pocas o nulas actuaciones que las Administraciones han llevado
a cabo para atajar este problema de precios. El año 2010 supone una continuación
de la grave situación sufrida en 2009, con una constante marcada por los bajos
precios en origen, que ni siquiera cubren los costes de producción.
La
agricultura y la ganadería andaluzas están aquejadas por una doble crisis: la
global y la particular que está sufriendo el propio sector. Los precios que recibimos
los agricultores y ganaderos son ruinosos, obligando a cerrar explotaciones,
que son incapaces de sobreponerse a la crítica situación de precios bajos. El
aceite de oliva es un claro ejemplo: actualmente el olivarero recibe 1,77€/kg,
mientras que los costes de producción de un kilo de aceite ascienden a 2,18.
Sin embargo,
el papel que juega el sector agrario en el tejido económico andaluz es más que
importante. La producción final agraria ha rozado los 10.000 millones de euros
este año. Un sector estratégico, que cuenta con 335.000 activos, y cuya
industria agroalimentaria supone el 15% del PIB andaluz. Estas cifras
evidencian el peso de un sector clave para el tejido productivo andaluz, ya que
cuenta con una facturación de 14.000 millones de euros.
A pesar de
estos datos, los agricultores y ganaderos seguimos inmersos en una profunda
crisis económica acuciada por la presión de las grandes cadenas comerciales. La
situación de dominio de la distribución, llevando a cabo políticas abusivas
como la venta a pérdidas o la utilización de productos reclamo (caso del aceite
de oliva o la leche), están ocasionando un daño tremendo al sector productor. La
gran distribución presiona con precios a la baja, mientras que los agricultores
se ven obligados a ceder ante el oligopolio existente en el mercado. Un desequilibrio
en la cadena alimentaria, en la que agricultores y ganaderos seguimos
siendo el eslabón más débil.
Además, si a esta
situación le sumamos que los costes de producción se mantienen altos, con
un incremento medio en 2010 del 4,5%, la situación se hace más insostenible si
cabe. En muchas ocasiones, el precio que recibimos los productores no nos
permite cubrir los costes de producción, mientras que el precio en destino
alcanza cotas muy elevadas que rompen la ley de la oferta y la demanda. Este
desequilibrio en la cadena alimentaria es inadmisible y requiere de modificaciones
legislativas para que agricultores y ganaderos podamos tener poder en la
cadena.
Ante esta
situación, UPA-Andalucía ha reclamado una regulación básica de los mercados,
que permita obtener unos precios justos tanto en la agricultura como en
la ganadería. La puesta en marcha de un código de buenas prácticas comerciales;
la modificación de la Ley
de Interprofesiones o el desarrollo y cumplimiento de los contratos-tipo son
algunas de las medidas planteadas por UPA en su activa interlocución con la Administración Andaluza.
De hecho, en esta línea iba enmarcado el 5º Congreso de UPA-Andalucía,
celebrado el pasado mes de mayo, y cuyo lema rezaba Precios Justos para
Nuestros Productos: Por una Regulación del Mercado. Un Congreso que sirvió de
reivindicación de cara a todas las instituciones que estuvieron presentes en el
acto, bajo el apoyo de más de 1.000 agricultores/as y ganaderos/as procedentes
de toda Andalucía.
En este sentido, el proyecto de la Ley de Calidad Agroalimentaria
de Andalucía supone el momento idóneo para la introducción de modificaciones legales
que permitan reequilibrar la cadena agroalimentaria, especialmente, potenciando
la capacidad negociadora de los productores, el eslabón más débil de la cadena.
Además, estas reivindicaciones ya fueron aprobadas en el documento de 22 puntos
acordado entre la
Presidencia de la
Junta de Andalucía, Consejería de Agricultura y Pesca y
UPA-Andalucía a finales del año pasado y que requiere de su puesta en marcha
inmediata. Así, UPA-Andalucía ha hecho
llegar a la
Administración andaluza la necesidad de incluir en la
normativa medidas básicas de regulación del mercado, ya que estas sí se
incluyen en la propuesta de legislación estatal.
Otro de los aspectos que más debate han
suscitado a lo largo de este 2010
ha sido la reforma de la PAC, sobre todo tras la
difusión de la comunicación al respecto del Comisario de Agricultura de la UE, Dacian Ciolos. En este
sentido, UPA-Andalucía
ha basado su postura en tres pilares básicos. El primero es garantizar un presupuesto
suficiente para asegurar la actividad agraria y ganadera. El sector necesita
una ampliación de los recursos económicos, sobre todo si nos basamos en dos
elementos fundamentales: la incorporación de nuevos países al marco
comunitario; y el hecho de que se ha mantenido el mismo presupuesto desde la Agenda 2000. En segundo
lugar, UPA-Andalucía ha reivindicado la puesta en marcha de mecanismos de
regulación de mercado, que permitan atajar de una vez la persistente crisis de
precios que está hundiendo a los agricultores y ganaderos. En este punto,
UPA-Andalucía destaca, entre otros, tres: el establecimiento de un código de
buenas prácticas comerciales; el impulso de las interprofesionales, de modo que
estas puedan convenir precios mínimos ligados a los costes medios de
producción, al menos en situaciones de crisis; y, por último, la puesta en
marcha de contratos-tipo efectivos entre industria y productores, que eviten el
desequilibrio de la cadena alimentaria tal y como sucede en la actualidad. Por
último, y con respecto al sistema de ayudas, UPA-Andalucía apuesta por mantener
la base del modelo actual, aunque mejorándola, donde podría entrar la
subsidiaridad de los Estados Miembros, permitiendo así la llegada de un sistema
mejor de ayudas.
En el marco de las negociaciones sobre el
futuro de la PAC,
el Comisario
de Agricultura de la UE,
Dacian Ciolos, y los Ministros del ramo de los 27 se reunieron en Mérida el
pasado mes de mayo. Así, UPA-Andalucía
trasladó a la capital extremeña a unos 1.000 agricultores de la región para
protestar por la mayor crisis conocida del sector agrario español y
europeo. De este modo se exigieron nuevamente precios justos y regulación
básica de los mercados para las producciones agrícolas y ganaderas, con objeto
de asegurar rentas dignas en el campo.