AEPLA
Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas
Fruit
Logística 2011, la mayor feria del comercio de frutas y hortalizas a nivel
mundial, acoge un interesante debate sobre la política alimentaria
europea
La
productividad de nuestros campos ha sufrido un grave estancamiento, quizás la
principal consecuencia es una mayor dependencia de las importaciones.
¿Nos hemos quedado atrás fruto de las últimas políticas agrícolas comunitarias?
Ese fue uno de los temas debatidos por representantes de los principales países
productores de frutas y hortalizas en la última edición de Fruit Logistica
celebrada en Berlín el pasado 9 de febrero. La mesa redonda abordó los pros y
contras de las políticas alimentarias europeas.
Los ponentes Luvuyo Mabombo de Sudáfrica, Mauricio
de Sá Ferraz de Brasil y Miguel Vela de España así como también el
profesor Harald von Witzke de la
Universidad de Humboldt y a Jacques du Puy, Presidente de
ECPA analizaron, entre otras, las políticas de seguridad alimentaria, la crisis
en el precio de los alimentos y la sostenibilidad de la agricultura.
"Fruit Logistica es la feria de productos
frescos más grande del mundo", dijo el anfitrión, Jacques du Puy.
"Sin duda, se trata del lugar más apropiado para debatir la política
agrícola europea. No es sino un microcosmos del mundo de la agricultura
productiva, el mejor testimonio de lo que la ciencia y los agricultores profesionales
pueden alcanzar. "
El profesor von Witzke inició el debate con datos
sobre el descenso de la productividad agrícola en Europa. "La realidad
agrícola europea muestra una tendencia descendente de la productividad y por
tanto, un aumento de las importaciones", dijo von Witzke. Así se lo
confirma un reciente informe de la OCDE-FAO Agricultural
Outlook 2010-2019, que estima un crecimiento positivo en la producción de
alimentos en los próximos diez años en todas las regiones agrícolas de niveles
que van desde un 15 a
un 40%, y frente al cual, la producción neta de la agricultura en la UE-27 crecerá menos de un
4%. La razón principal, las estrictas políticas llevadas a cabo. Hay que
señalar, que hoy en día, Europa ya es el mayor importador mundial de alimentos,
por tanto, esto le hará innecesariamente más dependiente de importaciones de
terceros países. Mientras tanto, la demanda de alimentos sigue creciendo (se
necesitarán un 70% más para el año 2050, según datos de la FAO) y los precios siguen
subiendo.
Pero hay más en juego. Von Witzke demostró que esta
reducción de productividad en Europa ha llevado a una rápida expansión de las
tierras destinadas a cultivo en terceros países. Los datos reflejan que un área
del tamaño de Alemania ya está al servicio de Europa en países en vías de
desarrollo, fenómeno que la
OCDE-FAO denomina "apropiación de tierras", y que
no sólo desvía el suministro local de alimentos y desestabiliza los precios,
sino que también puede acarrear una mayor destrucción de selvas
tropicales y otros hábitats naturales en el extranjero para convertirlos en
superficies de cultivo que cubran nuestras necesidades alimentarias. Von Witzke
recordó que la deforestación debido al aumento de tierras de cultivo es una de
las consecuencias más severas de la agricultura, afectando las emisiones de
gases de efecto invernadero y la destrucción de la biodiversidad.
"Europa no está alimentando al mundo, el mundo
alimenta a Europa. Para hacer frente a los retos del futuro, es necesario
invertir en investigación y utilizar de una manera sostenible toda la
tecnología y ciencia que está a nuestro alcance. El mundo pide a gritos otra
revolución verde, con el objetivo en esta ocasión, de alcanzar una mayor y más
sostenible producción de alimentos. "
En respuesta al análisis de von Witzke, Miguel Vela
de la Federación
Española de Asociaciones de Productores y Exportadores de
Frutas (FEPEX), dijo: "En España necesitamos una política agraria
más orientada a mejorar la competitividad de las explotaciones con el fin de
incrementar la calidad y la productividad. Las prohibiciones de la UE de productos fitosanitarios
no nos están ayudando a competir con los productores de otros lugares del mundo
que sí utilizan estos tratamientos para el mercado europeo. O sea que, por un
lado las políticas europeas han promovido una cultura de importación y
dependencia y por otro, niegan a los agricultores lo que necesitan para
competir en igualdad de condiciones. La Comisión debe volver a evaluar las políticas
agrarias y rurales de una manera coherente y respaldar a sus productores.
"
Todos los panelistas coincidieron en que un exceso
de regulación por parte de las cadenas de supermercados europeas estaba
causando graves consecuencias entre los productores. Hicieron un llamamiento a la UE a actuar para armonizar las
normas. Luvuyo Mabombo, consejero delegado de exportación de productos
perecederos (PPECB), en Sudáfrica comento: "los países exportadores no
sólo deben luchar para mantenerse al día con los últimos estándares en Europa,
como por ejemplo los que se refieren a las semillas transgénicas o a la
sanidad vegetal, sino que también tienen que hacer frente a las múltiples
exigencias de las cadenas de supermercados que cuentan con sus propias
restricciones. Esto hace extremadamente difícil que podamos producir de una
manera eficiente y de alta calidad. La
UE debe actuar para detener esta práctica sin sentido y
armonizar los reglamentos. "
Por su parte, Maurício de Sá Ferraz, Director
Ejecutivo del Instituto Brasileño de Frutas (IBRAF) señaló: "En
Brasil trabajamos por una mayor producción de frutas y hortalizas aplicando
tecnología más avanzada. Sabemos que el camino a seguir es ser más productivos
de una manera sostenible. Las políticas europeas también deben adoptar este
objetivo si quiere que su compromiso sea creíble. En este momento parece
que Europa está ‘importando alimentos’ y ‘exportando problemas’. " ,
añadió.
Du Puy concluyó la sesión reafirmando el compromiso
de la industria con la sostenibilidad y la productividad. "La
reciente crisis en el precio de los alimentos es una consecuencia directa de
nuestra dependencia de las importaciones. Podemos ayudar a Europa a estar a la
cabeza del mundo mediante un uso racional de los avances científicos, una mayor
inversión en la productividad y un adecuado programa de educación y formación
para los agricultores, todo ello bajo criterios de sostenibilidad. Estos son
los pilares de nuestro de nuestro plan de trabajo.