El valor de las exportaciones a China ha pasado de los 12,6 millones de euros de 2006 a los 90 millones de 2012
El sector vinícola español ha mostrado su preocupación ante la decisión de China de abrir una investigación antisubsidios a las importaciones de vino desde la UE, en respuesta al arancel temporal aprobado por la Comisión Europea a los paneles solares del gigante asiático.
"China es uno de los mercados de mayor crecimiento y donde mayor esfuerzo de posicionamiento estamos haciendo; cualquier problema comercial rompe la estrategia", advirtió Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino. Roca, que participa en Bucarest en el Congreso Internacional de la Viña y el Vino, señaló que la decisión de Pekín supone un "aviso peligroso" para la Unión Europea y España, segundo exportador comunitario de vino al mercado chino, por detrás de Francia. "Las cuentas de los productores del vino en España dependen de las exportaciones, sobre todo por el escaso mercado nacional y por la crisis económica, que ha provocado una caída del uno por ciento de consumo en 2012", explicó Roca.
Según la Federación Española del Vino, las exportaciones de vino español a China disminuyeron en los últimos doce meses un 30 por ciento en cuanto a su volumen, aunque su valor aumentó un 12 por ciento. El valor de las exportaciones a China ha pasado de los 12,6 millones de euros de 2006 a los 90 millones de 2012. China importó 69 millones de litros de vino procedentes de España en 2012, desde los 27 millones de 2006.
Por su parte, Yves Benard, expresidente de Moet-Hennessy, del grupo LVMH, explicó que "aún es pronto para hablar (sobre la postura de Pekín) por la vaga información que se tiene". Sin embargo, Benard precisó que sería un duro golpe para el vino europeo, sobre todo el francés, ya que representa casi el 50 por ciento de la importación total de este producto por China desde la UE.
En un comunicado en su página web, el Ministerio de Comercio chino anunció que su investigación se debe a que el sector vinícola nacional acusa a los caldos importados de Europa de "entrar en el mercado chino mediante el uso de tácticas comerciales desleales tales como el dumping o los subsidios".
